Las relaciones bonsai: ni contigo, ni sin ti

¿Estás atrapado/a en una relación que no avanza, que no va hacia ningún sitio? Puede que estés en una relación bonsái.

El bonsái es una práctica de horticultura asiática, que consiste en cultivar árboles en macetas pequeñas para que nunca lleguen a crecer del todo. Algo similar nos puede ocurrir en nuestra vida personal. Podemos acabar en relaciones bonsai, donde el crecimiento de la pareja está limitado. Algunas de estas relaciones tienen una base sana, pero otras están marcadas por dinámicas tóxicas.

  • Relación bonsai sana: es una relación que, aunque no tiene proyección a largo plazo, se vive con honestidad, disfrute y sin generar malestar.
  • Relación bonsai tóxica: es una relación limitada por dinámicas dañinas (como la falta de comunicación, la ambigüedad o el miedo) que bloquean el crecimiento y generan sufrimiento.

En una relación de pareja sana, cada persona puede ser auténtica, sin miedo ni máscaras. Hay respeto, confianza y un espacio seguro para crecer juntos. Una relación bonsái de base sana también puede ofrecer todo esto, con la diferencia de que ambas personas aceptan que no evolucionará más allá. Por ejemplo, ambas personas acuerdan que durará un tiempo limitado o que será una historia de amor, pero no de vida. Todo ello mediante un acuerdo mutuo y respetando el bienestar de cada uno.

En cambio, en una relación bonsái tóxica predominan el conflicto y la desconexión. Aparecen dinámicas que atentan contra el bienestar individual y bloquean el crecimiento auténtico de la pareja. Un ejemplo común es cuando uno de los miembros tiene un apego evitativo marcado y muy resistente: le cuesta expresar lo que siente, muestra conductas ambiguas —acercamiento y alejamiento constantes— y genera un vaivén emocional que termina alimentando un ciclo dañino. En lugar de crecer, la relación se estanca y se vuelve una fuente de dolor y frustración.

Las relaciones bonsai de base tóxica son relaciones que podrían ser, pero no son. Podrían ser si se eliminaran los obstáculos y los comportamientos nocivos. Sin embargo, es poco probable que esto suceda. No está en su ADN. Ahora bien, como hemos explicado antes, no todas las relaciones bonsái son dañinas. A veces, ambas personas saben que no va a ir a más y, aún así, deciden disfrutarlo mientras dura. Si hay honestidad interna y la relación no genera sufrimiento, puede vivirse de forma ligera y enriquecedora. Si en cambio sientes malestar, frustración o un estancamiento que no deseas, pon atención: hay relaciones con verdadero potencial ahí fuera.

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